Las montañas de Navarra han sido siempre lugar de refugio y de seguridad para las tribus vasconas que en ellas habitaban. En su expansión a las llanuras y riberas donde se encontraban las tierras más fértiles, es donde se producían los contactos amistosos o bélicos, con otros pueblos que anhelaban los mismos terrenos.
Fue durante uno de estos enfrentamientos bélicos entre vascones y visigodos, el momento que aprovecharon las tropas musulmanas encabezadas por Tarik para desembarcar en la bahía de Algeciras en el año 711.
A partir de este momento la relación de los reyes del reino de Pamplona con los poderosos emires de Córdoba variarán continuamente a lo largo de su estancia en la península ibérica pasando por estados de amistad, sometimiento o confrontación.
El considerado primer rey de Pamplona, Iñigo Arista compartió madre con el líder musulmán de los Banu Qasi, Musa Ibn Musa en tiempos en los que se necesitaron mutuamente para defenderse de las dos grandes potencias del momento, el Califato de Córdoba por el sur y el imperio de Carlo Magno por el norte. Para más detalles de la historia de estos dos hermanastros….
El caso es que a lo largo de los próximos años, entre pactos, pagos, raptos o enamoramientos, son unas cuantas mujeres vasconas las que formaron parte de los harenes de los califas cordobeses y que dieron luz a preeminentes musulmanes.
El hijo de Mohamed I se casó con la vascona Ushar, que concibió al futuro Abdalá I, que se casó a su vez con la navarrica Iñiga u Onneca Fortúnez, conocida por Durr (Perla), hija de Fortún Garcés, rey de Pamplona, cedida a Córdoba en calidad de rehén. Abderramán III nieto de Onneca Fortúnez. Alhakén II era hijo de la vascona Maryam, y a su vez tuvo por favorita a otra vascona, Subh, madre de Hisham II. La vascona Abda (antes Urraca Sánchez, hija de Sancho Garcés II de Pamplona) fue esposa de Almanzor y madre de Abderramán, un niño de ojos azules y pelo rubio al que llamaban Sanchuelo. Algunos de estos emires cordobeses de madres navarras llegaban a teñirse el pelo de negro.
Datos recogidos del libro del escritor Juan Eslava Galán, «La reconquista contada para escépticos»
Al viajar por Navarra por los valles situados al norte de Pamplona, valles de Baztán–Bidasoa, Roncal, Salalazar, etc o también en puntos de la Zona Media de Navarra, se puede tener la oportunidad de avistar unas construcciones que destacan sobre las demás, edificios que nos trasladan a tiempos de espada, honor y poder. Son las conocidas como casas torre y palacios cabo de armería. Muchas de ellas han perdido aquella prestancia señorial y guerrera que las gentes de la tierra temían y respetaban y se han reconvertido en caseríos de labranza habitadas por gente sencillas que nada tienen que ver con los antiguos palacianos. Otros permanecen abandonados con sus viejos muros agrietados o en ruinas. Pero aún hoy, algunos continúan habitados por los descendientes de sus antiguos señores o bien por nuevos dueños que han sabido restaurarlos devolviendo a las piedras su nobleza y carácter.
Casa torre de Jaureguía.
El verdadero origen de los palacios cabo de armería resulta difícil de precisar. Hay que decir que en estos casos, el término palacio no representa un edificio suntuoso como puede ser el Palacio Real de Olite. Estamos hablando de edificios austeros hechos para la defensa y que tal vez su origen pueda estar en los primeros caudillos baskones que se enfrentaron a las incursiones en Navarra tanto de musulmanes como de carolingios.
Casa torre de Araníbar. siglos XIV Y XV
García de Góngora y Torreblanca, en su «Historia apologética y descriptiva del Reyno de Navarra«, impresa en Navarra en 1628, incluye una definición del palacio cabo de armería: «Palacio de cavo de armería y gentileza es el que no tiene dependencia de otro palacio ni solar, sino que él de suyo es cabeza y origen de otras casas nobles que han salido y descienden de él, y tiene su escudo, blasones e insignia de armas y apellido noble, tiene asiento en Cortes y es por fueros y leyes deste reyno exempto de quarter y otros cargos».
Casa torre de Zozaia
El palaciano estaría en la escala superior de la nobleza, eran los caballeros cabos de linaje, dueños de solares cuna de otras ramas y casas nobles que se irán estableciendo por toda Navarra y, a partir del siglo XVI, también por España y por los virrenaitos de América. Estaban exentos del pago de cuarteles y de cualquier otra contribución, de alojamiento de tropas y de cualquier otra prestación comunal. Podían aprovecharse de pastos, agua y leña en pueblos distintos al suyo. En la iglesia gozaban de honores y preeminencias y ostentaban la condición de capitán a guerra, con mando militar sobre sus paisanos a los que debía conducir al campo de batalla en caso de guerra o invasión del reino.
Casa torre de Zubiría transformada en un caserío rural.
A partir del siglo XVIII, hubo un importante incremento de palacios ante las crecientes necesidades del erario real. La Corona española elevó a la calidad de palacios un buen número de casas hidalgas e incluso alguna cuya nobleza resultaba muy dudosa a cambio de pagos a la Real Hacienda de elevadas cantidades, con las que el rey podía afrontar a duras penas unos gastos cada día más cuantiosos. No todo el dinero recaudado salió de Navarra, las fortificaciones de Pamplona o la reconstrucción de la Colegiata de Roncesvalles fueron algunas de las construcciones costeadas gracias a los pagos realizados para conseguir la titulación de cabo de armería.
El sistema de comprar honores por dinero no fue del agrado del Reino ni de la antigua nobleza de sangre. En 1695 las Cortes de Navarra reunidas en Sangüesa, pidieron al Virrey que por ley no se volvieran a crear palacios por dinero, ya que se vulgarizaba el honor privativo de los palacios cabo de armería antiguos conseguidos por sus servicios personales en guerra y paz. Por entonces, para obtener el asiento en Cortes era preciso poseer notoria calidad, limpieza de sangre, hidalguía y nobleza, lustre y esplendor y trataban de exigir lo mismo para titularse señor de palacio cabo de armería.
Actualmente ¿Qué se exige para ocupar cargos en los gobiernos? Creo que ni el graduado escolar….
Ochagavía, Baztán, Selva de Irati, Zugarramurdi, Roncesvalles o Roncal son algunos de los lugares más recomendados para visitar de Navarra en la actualidad por su gran belleza pero siglos atrás eran lugares a los que nadie quería viajar. Sus grandes montañas, enormes bosques, verdes prados, profundas cuevas y numerosos ríos que ahora nos maravillan, en los siglos XVI y XVII se sospechaba que eran los lugares ideales para las reuniones de los seguidores del Diablo.
El mismo Menéndez y Pelayo definiría a Navarra como tierra clásica de la brujería española y en uno de sus relatos pone en boca de un joven soldado que había ido a batallar en 1522 al sitio de Fuenterrabía, y desviado su camino a Navarra, las siguientes palabras: «….y luego que entramos en Navarra fui avisado que las mujeres en aquella tierra eran grandes hechiceras encantadoras y que tenían pacto y comunicación con el demonio…..»
Podemos viajar al año 1308 en el que se inicia un proceso al obispo Guichard en el que se le acusa de prácticas hechiceras, habiendo fabricado una figura de cera a la que se bautizó con el nombre de la Reina Juana de Navarra atravesando su cabeza con un punzón. A cuyos hechizos, dicen, murió la reina. Desde entonces la tradición dice que el esqueleto de la reina se aparece por la Selva de Irati acompañada de brujas y lamias.
Al oír la frase brujería en Navarra, nuestra mente viaja a Zugarramurdi y sus cuevas pero en Ochagavía, Roncesvalles y sus respectivos valles ya hubo cazas de brujas casi cien años antes de que el nombre de Zugarramurdi sonara en el mundo como lugar de akelarres. Es sobre todo en el norte montañoso de Navarra donde se van a suceder los procesos de brujería. Valcarlos y Roncesvalles (1525) Valles de Salazar y Roncal (1539, 1569 ) Anocibar y valles vecinos (1575,1577), Valle de Aráiz (1595) y el más famoso, el de Zugarramurdi, Baztán, Bertizarana, Santesteban, celebrado entre 1609 y 1610.
El 17 de enero de 1525 el licenciado y miembro del Consejo Real Pedro de la Balanza, en medio de una tempestad de nieve, parte de Pamplona hacia los valles de Salazar y Roncal con la misión de reprimir los brotes de brujería que allí se decían haber surgido. Tras una primera toma de contacto y hecha una redada en masa de brujas y brujos, Pedro de la Balanza vuelve a Pamplona el 22 de febrero para informar del «inquirir de los bruxos y de las bruxas de la valle de Roncal y de Salazar y otras partes». Muchos habían sido ya traídos a las cárceles reales de Pamplona y algunos de ellos ejecutados.
Siguieron varios viajes más a los valles de la montaña navarra para limpiar la zona de brujas. Entre su comitiva iban «dos mozas brujas que conocían las brujas» (niñas que aseguraban reconocer a las brujas viendo la marca del diablo en sus ojos). Pedro de Balanza relata una de sus experiencias cuando acompañado de 20 hombres, visitaron una casa del Valle de Salazar donde habitaba una bruja confesa. Tras pedirle que se untase como solía hacer para ir al aquelarre, la bruja fiada en la palabra del licenciado de que, si así lo hacía, quedaría libre de toda acusación y de los hierros en que la tenían, la bruja invocó al diablo tras haberse ungido con un ungüento ponzoñoso con su mano izquierda. Vino el diablo «la tomó y se puso a andar por la pared de pies y manos como si fuera una lagartija, levantóse en el aire a vista de todos y se fue volando».
Tras seis meses de arrestos y ejecuciones, el acto final lo realizó en Burguete con la quema de «cuatro bruxas y un hombre», acontecimiento al que acudieron numerosas gentes de ambos lados de los Pirineos.
Crucero de Ochagavía. Los cruces de caminos eran uno de los lugares en los que el diablo y sus seguidores se juntaban. Foto gobierno Navarra
Una epidemia pudo ser la mecha de que la brujería volviera a aparecer en Ochagavía en 1539. Diversas muertes acaecidas en poco tiempo solo podía causarlas el diablo por medio de aquellos que le tenían vendida el alma. Todavía estaban frescos los recuerdos de los acontecido en 1525 y seguían presentes en la iglesia con los sambenitos que colgaban en sus muros para delatar a los que habían ejercido la brujería. Esto llevó a un nuevo auto de fe celebrado en Pamplona en marzo de 1540. De aquí saldrían diferentes confesiones;
La primera de ellas era María Zubiat, vecina de Ochagavía y de sesenta y cinco años de edad, quien confesó haber renegado de Dios y haber obligado a hacerlo a su nieto Martín Zubiat, y haber echado ciertos polvos a su marido y a su yerno cuando estaban enfermos, causándoles la muerte a los tres días. Asimismo, admitió que llevaba cuarenta años sirviendo al demonio y que asistió a ayuntamientos y echó polvos en el manzanal de Ollarceguia. De Ochagavía también procedía Catalina Beguieder, de sesenta años de edad, que declaró que por mediación de una tal Catalina Xagaspe, quien figuraba entre las brujas procesadas por Balanza en 1525, renegó de Dios, de la Virgen, de los Santos y de sus padres para conseguir pan pues hacía tres días que no comía. Además, confesó haber inducido a María Remón a renegar de Dios y haber asistido a los ayuntamientos en los que vio al demonio. Juana Quiape, llamada la “Vieja de Bildoz”, al igual que Catalina Beguieder, era vecina de Ochagavía y tenía más de sesenta años. Esta supuesta bruja afirmó en su confesión haber renegado de Dios y haber obligado a hacerlo a Juanot Legar. Asimismo, declaró haber desenterrado a una criatura para sacarle el corazón con el fin de que el demonio le diese bienes, y haber ido al manzanal de Ollarceguia a echar polvos a un rocín de Martín de Echegoyen. Junto a ella, Catalina de la Torre, también de sesenta años de edad, sostuvo en su declaración que Catalina Artusa le hizo renegar de Dios convenciéndola de que si lo hacía, sería rica. Además, manifestó que había torcido las ramas de un sabuco y se las había ofrecido al demonio, su señor, a quien rogó en varias ocasiones que le diese bienes y haciendas.
Por su parte, Catalina de Jaurrieta, llamada la “Sorora”, de treinta y cinco años de edad, confesó haber renegado de Dios hacía quince años y se arrepintió de este pecado ante el alguacil Beruete y el bachiller Leoz. Declaró también que hizo renegar a Mariato, hija de Fortunio el sastre, y que vio al demonio en figura de gato.
Ojo con los que tenéis gatos en casa!!
Datos extraídos de;
«Navarra en la noche de las brujas» Fernando Videgáin Agós
«Las brujas de Ochagavía y sus documentos 1539-1540» Rocío de la Nogal Fernández
Benjamín de Tudela hizo un viaje desde Navarra por todo el Mediterraneo y Oriente Medio cien años antes de que lo hiciese Marco Polo. Dentro del Reino de Navarra, la aljama de Tudela era un importante centro cultural durante la Edad Media. Allí nació alrededor del año 1130 Benjamín bar Yonah, más conocido como Benjamín de Tudela, hijo del Rabí Jonah de Navarra en una población dominada por cristianos tras la conquista de la ciudad por Alfonso el Batallador en el año 1119.
Tudela desde el río Ebro. Foto Gobierno de Navarra.
Benjamín era un rabino sabio e ilustrado conocedor del árabe, el hebreo, el arameo y el latín así como del romance navarro. Realizó un viaje en el que visitó cerca de 200 ciudades de Europa y Oriente y que concluyó en el año 4933 de la era judía correspondiente al 1173 de la era cristiana. Gran observador, anotó y detalló con precisión y realismo todas las ciudades y tierras que visitó, sobre todo y particularmente, anotó las comunidades judías que le recibieron, cuantificó el número de sus miembros, describió sus actividades económicas y sus vínculos con la historia de Israel.
No se sabe a ciencia cierta el motivo que le impulsó a hacer semejante viaje, se barajan diferentes opciones como la de un peregrinaje a Jerusalén, conocer Bagdad, informar de las rutas comerciales u observar posibles refugios en caso de persecuciones. Sea como fuere, de sus anotaciones recogidas durante su periplo entre 1165/66 y 1173 (fechas aproximadas) un autor anónimo escribió «El libro de viajes» o «Sefer mass,ot», el cual es un conjunto de notas sucesivas recogidas cronológicamente de los viajes que realizó. El libro comienza con un prólogo del autor;
«Este es el libro de viajes que compuso Rabbí Benjamín de Tudela bar Joná del país de Navarra, que en gloria esté. Rabí Benjamín partió de Tudela, su ciudad natal y recorrió países diversos y remotos, según se narra en este libro. De cada lugar que visitó, escribió cuanto vio u oyó de boca de personas fidedignas: relatos que nunca antes habían sido escuchados en Sefarad. ( topónimo bíblico que la tradición judía ha identificado con la península ibérica)…….» «…..El libro comienza de la siguiente manera:»
«Salí de mi ciudad hacia Zaragoza y, siguiendo el curso del río Ebro, llegué a Tortosa. Desde aquí en dos días de viaje , arribé a la antiquísima ciudad de Tarragona, situada junto al mar, que posee restos ciclópeos griegos sin parangón con cualquier otra edificación de Sefarad. Desde Tarragona, a dos jornadas de viaje, se encuentra Barcelona donde existe una comunidad santa con hombres sabios e inteligentes y grandes príncipes. Barcelona es una pequeña y hermosa ciudad costera. Llegan hasta ella comerciantes provenientes de todos los lugares: de Grecia, de Pisa, de Génova, de Sicilia, de Alejandría de Egipto, de Israel, de África y de todos los confines. Desde Barcelona hay un día y medio hasta Girona, donde radica una pequeña comunidad judía. Desde allí, a tres jornadas de distancia se llega a Narbona, ciudad eminente por sus estudios de la Torá, desde la cual…..»
El libro continúa recopilando información de las ciudades que iba recorriendo, sus características, países a los que pertenecían, su actividad económica así como de las grandes rutas comerciales, en una época de gran inestabilidad debido a los conflictos internos entre cruzados y los ataques sarracenos que había tras la segunda cruzada.
Visitará muchas ciudades y algunos lugares que ya no existen en la actualidad, que han cambiado de nombre, que nos suenan de los relatos bíblicos, o que son noticia en la actualidad por sus conflictos bélicos, como Constantinopla, Damasco, Saba, Belén, Egipto, Persia, Jerusalén, Bagdad, etc. A continuación he extraído algunos fragmentos como ejemplo de las descripciones que hace de algunos lugares emblemáticos en la historia del mundo.
«Jerusalén es una ciudad pequeña fortificada con tres órdenes de murallas. Sus pobladores son de origen muy variado, los musulmanes los designan como armenios, griegos, georgianos y francos. Son un conjunto de todas las lenguas. No hay en toda la ciudad una estructura más sólida que la Torre de David. Existen otros dos edificios, uno es el Hospital al que se hallan asignados 400 caballeros y donde se alojan todos los enfermos que son diligentemente atendidos tanto en vida como en muerte.» ( El Hospital dio nombre a la orden de Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, fundado hacia 1050, adquirió gran importancia a raíz de la conquista de Jerusalén en la primera cruzada). «El otro edificio llamado, Templo de Salomón corresponde al palacio construido por el rey Salomón, la paz sea con él.»
«En Jerusalén está también la gran iglesia llamada el Sepulcro, donde se encuentra la sepultura de aquel hombre.» ( En referencia a Jesucristo) Lugar al que que se dirigen los peregrinos.
«Desde el monte de los olivos se divisa el mar de Sodoma. (El Mar Muerto). A dos pasarangas (medida de distancia) de aquí se encuentra la columna de sal en la que se convirtió la mujer de Lot»
«De Baníes hay dos jornadas a Damasco, la grande ciudad que constituye el inicio de los dominios de Nur-el-Din, rey de los turcomanos o turcos. Es una ciudad amurallada hermosa y populosa en una región de huertos y jardines. No existe en todo el orbe una ciudad tan fértil como ésta. En ella está la mezquita musulmana conocida en árabe como Yami Dimask, un edificio que no tiene igual en todo el mundo. La mezquita tiene una pared de cristal, una obra propia de magos, en la que aparecen tantos orificios como día tiene el año……»
«A dos jornadas de Mahallah se encuentra Alejandría de Egipto a la que su fundador , Alejandro de Macedonia le impuso su propio nombre, dotándola de edificios suntuosos y muy hermosos. Sus casas, palacios y murallas son magníficas. Fuera de la ciudad se encuentra la academia de Aristóteles, maestro de Alejandro.» (Lugar donde se hallaba la famosa biblioteca de Alejandría). «….. Alejandro mandó erigir una gran torre, el Faro, para vigilar a los barcos provenientes de Grecia y países de Occidente que se aproximaban con fines bélicos.» ( El Faro de Alejandría construido en el siglo III a.C, tenía una altura superior a los 110 metros y era una de las siete maravillas del mundo.)
«…..Tras cinco jornadas entre montañas llegó a la gran metrópoli de Constantinopla- Istanbul, que era la capital de todo el país de Javán llamado Grecia, en el cual reinaba el emperador Manuel, con doce príncipes, cada uno con su palacio….» «…..Era una ciudad bulliciosa, solo comparable a Bagdad, la gran ciudad de los ismaelitas. (musulmanes-árabes). Disponía en abundancia de ropa, carne y vino, y de mayor riqueza que cualquier otro país…..» «En la ciudad estaba el papa griego pues los griegos no siguen la disciplina del papa de Roma….»
Para concluir, una divertida descripción que hace de Rusia en su viaje de retorno. «Rusia es un reino muy amplio. Va desde la puerta de Praga hasta la puerta de Kiev, la gran ciudad en el otro extremo del imperio. Nadie traspasa la puerta de su casa en el invierno a causa del frío que hace allí. Hay personas a las que se les ha caído la nariz por el frío tan extremo….»
Roncesvalles surge entre las montañas de Navarra como Santuario y Hospital del Camino de Santiago en 1132. Pero Carlomagno y Roldán ya atravesaron este paso de los Pirineos en el año 778 cuando era conocido como Errozabal por sus habitantes los vascones. En algún lugar de esta preciosa zona de Navarra se producirá la primera derrota conocida de las fuerzas carolingias, el principal cuerpo militar de la Europa de su tiempo.
Colegiata de Roncesvalles. Foto cedida por Gobierno de Navarra
A finales del siglo, VIII Carlomagno ansía acrecentar sus dominios hacia la península ibérica y la oportunidad se le presenta cuando el Valí de Zaragoza, Sulayman le ofrece su ciudad en pleitesía a cambio de su apoyo para independizarse del Emirato de Córdoba. Carlomagno aplaza su expansión por Sajonia (actual Alemania) y atraviesa toda la Galia para entrar en la Península a través de ambos extremos del pirineo y llega a Zaragoza, donde su defensor Al-Husain al-Ansarí, se niega a cumplir la promesa del Valí. Tras el fracaso de su empresa, regresa a territorio franco por Pamplona, viaje que aprovecha para destruir las murallas de la ciudad. Carlomagno cruzará la mañana del 15 de agosto la aldea vascona de Luzaide, nombrada posteriormente como Valcarlos (Vallis Karolis) en referencia a Carlo Magno. En su retaguardia van importantes hombres encabezados por su sobrino Roldán, Prefecto de la Marca de Bretaña, quienes tenían como cometido supervisar el paso de la comitiva hasta que Carlomagno y el grueso de las tropas cruzaran los Pirineos. La retaguardia inició su andadura por la tarde, con el objetivo de descender a Valcarlos al anochecer, pero nunca llegó. Un grupo de vascones asaltaron por sorpresa a la retaguardia en un combate que según las crónicas, duró hasta el anochecer. Cuando el grueso de la comitiva real de Carlomagno acampada en Valcarlos escuchó la llamada de auxilio del cuerno de Roldán, era demasiado tarde, nadie sobrevivió al feroz ataque vascón.
El biógrafo de Carlomagno describió lo acontecido de la siguiente manera; «…con el mayor aparato de guerra, marchó a Hispania, y salvados los montes Pirineos, logró la sumisión de todas las fortalezas y castillos. Volvió con el ejército salvo y completo, a excepción del daño que al regreso, en la misma cima de los Pirineos, tuvo que experimentar por la perfidia de los vascones, cuando el ejército desfilaba en larga columna, por no permitir otro modelo la angostura del lugar. Descolgándose de las montañas atacaron a los del último escuadrón que servía de defensa a los que iban delante y los empujaron al barranco donde mataron a todos, sin que dejasen uno. Saquearon después el botín y el bagaje y, con suma presteza, se dispersaron por la montaña amparados por la noche que ya caía, Ayudó a los vascones así la ligereza de su armamento como la configuración del lugar. Por el contrario a los francos tanto la pesadez de su armamento como la iniquidad del lugar, hizoles inferiores en todo. En esa batalla perecieron entre otros muchos, Eghinardo, maestre sala del rey, el conde palatino Anselmo, y Hruodiondo, prefecto de la Marca de Bretaña….» Después escribiría que Carlomagno jamás se recuperaría de ese desastre.
la derrota será contada y exagerada en una mezcla de realidad y leyenda siendo el origen del cantar de gesta franco «Chansón de Roland», el primer cantar de gesta conocido en lengua romance, escrito a mediados del siglo XII, tres siglos más tarde de cuando aconteció la batalla. La Chansón narra los hechos muy alterados dándole a Roldán la imagen de héroe mítico.
La tradición también nos habla de la posibilidad de que los restos de Roldán y su ejército estén enterrados en el Osario de Roncesvalles, más conocido como el silo de Carlomagno. De momento los arqueólogos siguen estudiando los huesos acumulados en el osario.
Salió de Navarra hacia Estados Unidos para acabar finalmente en México. Era el año 1916, veinte años atrás nació a las puertas de la Selva de Irati, en el precioso Valle de Aezkoa, al pie de las montañas del Pirineo navarro, en un pequeño pueblo llamado Abaurrea Baja o Abaurrepea en euzkera. Feliciano Iribarren Arrese, criado en una familia de diez hermanos dedicada a la ganadería fue uno de tantos que abandonaron su tierra natal para buscar una mejor vida en algún lugar de América.
El río Irati atravesando el Valle de Aezkoa.
La despedida con sus padres, sus hermanos más pequeños y su novia, Susana de Machingo, fue triste.
Antes de la partida su abuela Juana María le había dado a Feliciano un regalo que jamás olvidaría:
Era una bolsita, como de seda, color verde aceituna y estas palabras:
Le dijo que cuando regresara a España se la llevara llena de dinero. Que nunca volviera ni pobre ni viejo. Pienso que ella le dio a entender que tenía que triunfar en América”
Hasta aquí sería un relato más de emigrantes, y fue precisamente a raíz de la publicación en este blog de «la emigración navarra a México. Desde héroes de la Independencia adominadores del pan.» https://navarraexcursiones.com/2020/12/29/emigracion-navarra-mexico-elizondo-baztan/ cuando la hija de Feliciano, Cristina Iribarren se puso en contacto conmigo para comentarme sobre la vida de su padre y ahí descubrí la historia de Feliciano, la cual cobra aún más relevancia en la actualidad. En unos tiempos en que la emigración y la búsqueda de vacunas para salvarnos de la pandemia son las noticias principales de cada día, en un momento en que nos estamos dando cuenta de la importancia de la ciencia y de la investigación, muchos años atrás Feliciano ya estaba preocupado por las enfermedades que asolaban en su época y prometió levantar un monumento a quien lograse curar enfermedades como la neumonía y las infecciones, las cuales acababan con muchas vidas.
Corría el año de 1928 cuando don Feliciano Iribarren Arrese se enteró por los periódicos de un suceso inaudito, insólito, extraordinario:
El descubrimiento de la penicilina por el sabio científico escocés Alexander Fleming.
Ocurrió cuando unos cultivos de estafilococos que Fleming había dejado en el laboratorio, antes de irse de vacaciones de verano, se contaminaron con un hongo llamado penicillium notatum,
A su regreso en septiembre, Fleming observó que alrededor del moho se habían formado zonas circulares en las cuales no se detectaba presencia de bacterias, un hallazgo que décadas después revolucionaria la medicina de siglo XX.
Millones, o quizá billones, de personas en el mundo se salvaban de morir de diversos tipos de enfermedades causadas por bacterias, que se consideraban incurables o muy difíciles de sanar, gracias a la penicilina.
Por su descubrimiento Fleming recibió en 1945 el Premio Nobel de Fisiología y Medicina, que compartió con el patólogo británico de origen australiano H. W. Florey y el químico británico de origen alemán E.B. Chain, los científicos que lograron aislar y producir el antibiótico.
Hoy Fleming es considerado uno de los 100 hombres más importantes del siglo XX.
Feliciano había quedado maravillado, encantado, con tal descubrimiento y decidió que le pondría un monumento a Fleming a las afueras de su rancho “Pirineos”, a orillas de la carretera 57, en el tramo que va de Monclova a Sabinas, Coahuila.
Monumento Erigido en honor de Alexander Fleming en México.
Feliciano Iribarren nunca volvió a Abaurrea Baja, aunque como cuenta su hija nunca se olvidó de su tierra y mantuvo el contacto con sus padres a través de las cartas. «Eran unas cartas muy tristes, porque el abuelo les decía que todos los días salía a Los Pirineos, o sea a las montañas navarras, para ver si veía venir a uno de sus hijos de América. Les mandaban decir de la muerte de la abuela Fernanda, de todas las novedades de allá, de los que se casaban, les preguntaba que cómo estaba México, que a qué se habían dedicado, que cuánto ganado tenían, que le mandaran unos guantes de piel, una chaqueta. Eran cartas muy hermosas las que les escribía en 1922 que me da mucho sentimiento, porque cuando la inundación de Sabinas en el 2010 se perdieron todas»
Abaurrea Baja
La pregunta que todos nos hacemos de como se le ocurrió hacer un monumento a alguien quien vivía a miles de kilómetros también se la hizo su hija. “le decía yo ‘papá, ¿por qué hizo eso?’, dijo ‘porque yo admiraba mucho a Fleming, por todas las vidas que salvó’ y dijo ‘cuando yo me muera van decir de mí que era «un vasco loco que hizo un monumento’”.
El rey de Navarra o del reino de Pamplona como era en el siglo XII, Sancho Garcés IV, es más conocido como Sancho el de Peñalén, en referencia a que fue asesinado tras ser empujado desde lo alto de un gran peñasco conocido como el Barranco de Peñalénlocalizado en la localidad navarra de Funes.
Tan solo unos pocos años antes, su abuelo Sancho Garcés III el Mayor ejercía su dominio sobre la mayor parte de los territorios hispánicos cristianos. A su muerte en el año 1035 repartió la herencia entre sus cuatro hijos. El primogénito García, recibirá lo que es parte de la actual Navarra, Guipuzcoa, Vizcaya, Álava, La Rioja y parte de Castilla, su hijo Fernando recibe el título de Conde de Castilla, el tercer hijo Gonzalo, consigue Sobrarbe y Ribagorza y por último el hijo bastardo Ramiro recibe el Condado de Aragón, todo ello siempre bajo la supremacía de la corona pamplonesa.
Pocos podían prever a la muerte de Sancho el Mayor que en tan solo dos generaciones la corte que había controlado la evolución de los reinos cristianos iba a sucumbir hasta el punto de ver como tras el asesinato de Sancho Garcés IV en el barranco de Peñalén, Castilla y Aragón se reparten el territorio pamplonés en 1076.
El río Arga a los pies de Peñalén.
Tras la muerte del rey de Pamplona García Sanchez III en la batalla de Atapuerca en el año 1054 contra su hermano Fernando, el rey de Castilla y León, su primogénito Sancho Garcés IV fue nombrado en el mismo campo de batalla rey de Pamplona a la edad de 14 años.
Conforme maduró el nuevo soberano de Pamplona, comenzaron a sobresalir su codicia y un carácter probablemente autoritario y agresivo que le granjearon la enemistad de buena parte de la nobleza local y de su propia familia. La situación en Pamplona empeoraba ya que la aristocracia e incluso parte de la familia real murmuraba contra el escaso reparto de las parias de Zaragoza y los botines. Éste fue probablemente el detonante que llevó al despeñamiento de Sancho IV por el precipicio de Peñalén en el transcurso de una cacería en el año 1076.
En el regicidio participaron nobles pamploneses y varios hermanos del rey. Con unos herederos demasiado jóvenes y una familia real manchada por la sangre, la nobleza de Vizcaya, Álava y La Rioja reconoció al rey castellano-leonés como suyo propio, y la nobleza de Pamplona se puso bajo las órdenes de Sancho Ramirez de Aragón, que se convertiría en rey de los aragoneses y pamploneses. Navarra desde entonces fue parte del reino de Aragón hasta el año 1134 en que el reino de Pamplona se separa del de Aragón con García Ramirez el Restaurador.
Por lo que se ve en aquellos tiempos, los mayores enemigos de los reyes estaban en la propia familia. Sancho IV murió asesinado por sus hermanos y su padre a su vez murió luchando contra su propio hermano. Cuidado con las cenas familiares….
El Barranco de Peñalén, no es solo el lugar donde se desarrolló un acontecimiento histórico, es además, un mirador con unas vistas privilegiadas del punto donde se unen los ríos Arga y Aragón y que un poco más adelante, a la altura de la villa de Milagro, acabarán juntándose al Ebro.
La emigración a México procedente de Elizondo,Arizkun y en general del Vale del Baztán fue la más profusa de toda Navarra a lo largo de los siglos XIX Y XX.
La emigración navarra a América tuvo diferentes razones, la tradición del mayorazgo en los pueblos del Valle del Baztán y norte de Navarra donde todos los hijos excepto el heredero tenían que irse a buscarse la vida fuera de su caserío natal fue una de las principales. Las guerras carlistas y la Guerra Civil fue otro factor importante en otras zonas de Navarra o la recién obligatoriedad que se les impuso a los navarros de tener que hacer la el servicio militar también hizo que muchos jóvenes escaparan a América. No faltó como razón para abandonar su tierra aquellos en los que surgió el espíritu de aventura y de buscar la fortuna siguiendo los pasos de algún paisano al que le fue muy bien.
Uno de los primeros navarros ilustres que hizo historia en México fue el natural de Otano, Francisco Javier Mina, quien por sus ideas liberales se vio precisado a salir de España. Durante su estancia en Londres conoció a Fray Servando Teresa de Muer y otros partidarios de la independencia Mexicana. Convencido que desde América podía luchar contra el absolutismo de Fernando VII, se embarcó hacia este continente para luchar por la independencia de la Nueva España en mayo de 1816. En México se le considera un héroe y sus restos descansan en la Columna de la Independencia de la capital mexicana.
También podemos nombrar a José Joaquín Iturbide de Arregui, natural de Peralta y vecino de la Antigua Valladolid, cuyo hijo Agustín fue el consumador de la Independencia en 1821.
Otro liberal navarro que emigró a México fue Anastasio de la Ribera, abuelo del famoso pintor Diego Rivera.
Incluso un cráter de la luna tiene el nombre de un pueblo de Navarra gracias al hijo de Luis Erro Berástegui (Baztan) Luis Enrique Erro, quien fundó el Observatorio Astronómico de Tonanzintla (Puebla) y descubrió el cráter de la luna llamado Erro.
El objetivo principal del inmigrante era mejorar su fortuna y a ello se dedicó intensamente la mayor parte de su vida. Por lo general venía llamado por un pariente, amigo o vecino quien lo alojaba dándole techo y sustento mientras se acomodaba a un nuevo modo de ser y de hacer.
Así vemos como, desde puestos casi de aprendiz va subiendo de rango hasta llegar a ocupar puestos de gerente de empresas ajenas o, en el mejor de los casos se convirtió en el iniciador de sus propios comercios, fábricas, ranchos ganaderos o en pioneros en el establecimiento de fábrica de textiles, de papel, molinos de trigo, etc….
Pero donde más destacaron los navarros fue en la construcción de molinos de trigo y la industria de la panificación. La industria molinera en México y la fabricación del pan tuvieron su gran impulsor en BraulioIriarte Goyeneche. Nacido en Elizondo llegó a México en 1877, se inició en la antigua panadería de Santa Catalina en calidad de dependiente y repartiendo el pan de puerta en puerta. Tiempo después ya era propietario de varias haciendas productoras de trigo y algunas minas, dando trabajo a numerosos inmigrantes venidos de Navarra. En 1906 funda el molino El Euskaro en la ciudad de México, hoy Harinera Nacional, la de mayor tamaño del país. En 1922 era el socio mayoritario de la Cervecería Modelo, antecesor de la Coronita y en la que entre otros socios navarros estaban Valentín Elizondo, Marcelino Zugarramurdi, Andrés Barberena o Segundo Minondo. En el enlace https://navarraexcursiones.com/2017/04/07/valle-del-baztan-elizondo-navarra-excursiones-guiadas/ se puede ver más de la vida de Braulio Iriarte y su relación con Elizondo.
Elizondo, el lugar de donde más emigrantes salieron hacia México
Descendientes de estos navarros y otros llegados siguieron ampliando y multiplicando molinos, harineras y panaderías por todo el país. La panadería más antigua y representativa de México es hoy La Vasconia, fundada en 1870 por Pablo Iriarte y que luego pasó a manos de Marcelino Zugarramurdi.
Destacaron también en el ramo molinero y de la panificación los hermanos Andrés y Lorenzo Iriso, nacidos en Tafalla o José Barberena quien venido de Ziga en el Valle del Baztan fundó la muy conocida panadería de Santa María la Redonda. Muchos son los descendientes de navarros que poseyeron y aún poseen panaderías en México, aunque hoy son menos pues han decidido optar por otros oficios.
A día de hoy Navarra y México siguen teniendo un vínculo muy fuerte aparte de la emigración o tal vez debido a ella, no se sabe exactamente la causa de la gran simpatía y afición que en Navarra existe a los Mariachis y a las rancheras y es difícil encontrar en tan pequeño territorio tantos grupos que se dediquen a tocar esta alegre música que nos hace viajar al México lindo y querido.
Visitar Olite y su castillo es viajar al mayor lujo cortesano de Navarra y de Europa. El Castillo de Olite como es conocido popularmente es más un palacio que una fortaleza propiamente dicha. Estamos hablando del Palacio Real de Olite, corte de los reyes de Navarra hasta el año 1512 cuando Navarra es conquistada por la Corona de Castilla.
Palacio de Olite
El germen está en una fortaleza romana construida en el mismo lugar, de hecho Olite aún conserva gran parte de los muros romanos que la rodeaban. Sobre la base de esta fortaleza Sancho VII de Navarra edificó su palacio, el cual es conocido como Palacio Viejo y que actualmente es Parador Nacional.
A la derecha, cubierto de vegetación, los muros del Palacio Viejo, hoy Parador Nacional.
Pero fue con la llegada de Carlos III el Noble al trono de Navarra (1387-1425) cuando llegó el gran cambio al Reino de Navarra y a Olite en especial. Criado en la corte de Francia, fue un rey que a diferencia de su padre Carlos II el malo, utilizó la diplomacia en vez de las armas para resolver los asuntos de Estado, dedicando todo su tiempo y dinero a una caprichosa y lujosa vida de Palacio. Se afanó en ennoblecer el Reino en todos los sentidos y dedicó cuantiosas sumas a la reforma de los Palacios Reales esparcidos por la geografía Navarra.
Vista desde una de las torres del Castillo de Olite
Pero fue en el Palacio de Olite en el que puso su mayor empeño, llegando a convertirlo en uno de los Palacios más lujosos de Europa. Entre 1388 y 1398 reformó el «Palacio Viejo» pero tal reforma no debió parecerle suficiente a su esposa Leonor de Trastámara, quien estuvo unos años sin aparecer por Olite refugiada es su más confortable «casita», el Alcázar de Segovia. Tal vez presionado por su también caprichosa esposa, el rey mandó la construcción de una capilla privada para la reina, anexa al Palacio Viejo. Para animarla más, después le construyó una nueva torre y para que no se aburriera también le hizo un jardín al lado de sus aposentos.
Cubierto por la vegetación se puede ver el jardín de la Reina
El rey le fue cogiendo gusto a la cosa y tras el regreso de su tercer viaje a Francia visitando familiares siguió construyendo torres con la ayuda de expertos escultores y artistas allí contratados. Para el año 1420 paró de construir torres ya que tenía que supervisar el nuevo palacio que estaba construyendo en Tafalla, a tan solo cuatro Kilómetros de distancia!
Los exteriores del palacio se podían dar por concluidos, pero aun faltaba decorar y amueblar los interiores de semejante edificio y para ello trabajaron más de cuatrocientas personas de todas las categorías y procedencias (de Navarra, Aragón, Castilla, Francia, Alemania, Italia, Flandes, etc.), tanto cristianos como moros o judíos. Pinturas murales decoraron los interiores, incorporaron vidrieras a las ventanas y complicados lazos dorados a los techos, recubrieron con yeserías las paredes y revistieron de cerámica y esteras los pavimentos, amueblaron las estancias y realzaron los exteriores con escudos y tracerías.
Torre del vigía o de la Joyosa Guarda
El rey Noble no escatimó en gastos y consiguió un impresionante palacio que conjugaba lo hispánico con lo francés, la idea de habitaciones palaciegas fortificadas con abundancia de elementos ornamentales en las partes altas, característica de la arquitectura Valois, como a la tradición de interiores dorados y adornados con elementos mudéjares extendida en los reinos hispanos.
Desgraciadamente, nada de esto ha llegado a nuestros días, tras la conquista de Navarra, el palacio entró en una lenta decadencia y nadie evitó su progresivo deterioro y desmantelamiento que se culminó con el incendio de 1813 en la Guerra de la Independencia.
Solo nos queda echarle imaginación cuando vayas a visitar el palacio y las palabras que dejó escritas un viajero alemán que fue invitado por la reina navarra a visitar al palacio en el siglo XV.
…..»seguro estoy que no hay Rey que tenga palacio ni castillo más hermoso, de tantas habitaciones doradas….Vilo yo entonces bien; no se podría decir ni aún se podría siquiera imaginar cuán magnífico y suntuoso es dicho palacio»
En las excursiones en las que vamos a visitar el norte de Navarra, Valle del Baztán, Zugarramurdi, Selva de Irati, etc… paseamos por lugares donde años atrás eran transitados en el silencio y la oscuridad de la noche por contrabandistas.
En 1839 se suprimieron las aduanas que separaban Navarra de Aragón y Castilla, las llamadas aduanas del Ebro, y se instalaron en los Pirineos en la frontera con Francia. El contrabando en Navarra no se resolvió sin embargo con el traslado de las aduanas del Ebro al Pirineo, sino que, muy al contrario, los años inmediatamente siguientes a la primera guerra carlista (1833-1839), cuando esa remoción tuvo lugar, se caracterizaron por una verdadera explosión de este tipo de criminalidad. El hecho -que adquirió una importancia grande en la Navarra de la época, por su envergadura- pone desde luego un interrogante a la veracidad de la argumentación que las autoridades centrales habían aducido para llevar a cabo ese cambio. En 1843, en la primera estadística sobre la delincuencia nacional que se publicaría en España, Navarra aparecía como la provincia donde más delitos de contrabando tenían lugar: uno para cada 2.069 habitantes. Le seguía relativamente de cerca La Coruña (con uno por cada 2.465).
A los valles del norte de Navarra la llegada del contrabando supondría el surgimiento de un nuevo oficio, el gau lana o trabajo de noche aportaría una ayuda económica que ayudaría a sobrellevar en mejores condiciones la dura y austera vida en el caserío.
Cuevas de Zugarramurdi, donde las mercancías desaparecían como por arte de brujería.
Cualquiera no valía para este «oficio», estar en buena forma física, conocer perfectamente el terreno y tener la valentía suficiente para arriesgar hasta incluso la vida, eran condiciones imprescindibles. Por el día, pastoreaban sus ovejas como unos habitantes más en la zona. Por la noche, al abrigo de la oscuridad, recorrían en silencio los montes navarros convertidos en contrabandistas.
Además de los encargados de pasar a escondidas por la frontera, también se necesitaba la colaboración de los que «no veían ni oían nada», de los que informaban de la situación de los guardias o los distraían como cuando pasaban legalmente un pequeño número de cabezas de ganado, haciendo mucho ruido. Mientras la Guardia Civil comprobaba que se estaban pasando de forma legítima, los contrabandistas conseguían entrar por otras zonas, grandes cantidades de animales ilegalmente. O los mismos guardias cuando recibían su pago para estar vigilando las zonas por donde habían acordado que no iban a pasar.
Los productos que se pasaban por la frontera eran de todo tipo imaginable, el cobre fue de los artículos estrella pero fue tras el fin de la Guerra Civil, cuando el estraperlo alcanzó su momento álgido y comenzó a basarse en artículos de primera necesidad como pan, azúcar, ropa, bebida, encajes, puntillas, café… “Aunque en estos casos se tenía muy en cuenta el viento, puesto que el café huele mucho, podía arrastrar el aroma y delatarlos”.
Más tarde comenzó el contrabando de personas y ganado, que se dejaban en la zona de Baztan para que pasaran la frontera. Eran grupos de pocas personas, principalmente niños, mujeres, ancianos, republicanos, judíos, portugueses… que vivían situaciones dramáticas. La Selva de Irati durante la Segunda Guerra Mundial fue un punto habitual por donde actuó la Red Cométe, una ruta de asistencia por la que se pasaba a pilotos y oficiales aliados para que escaparan del territorio ocupado, con independencia del bando.