Ochagavía, Baztán, Selva de Irati, Zugarramurdi, Roncesvalles o Roncal son algunos de los lugares más recomendados para visitar de Navarra en la actualidad por su gran belleza pero siglos atrás eran lugares a los que nadie quería viajar. Sus grandes montañas, enormes bosques, verdes prados, profundas cuevas y numerosos ríos que ahora nos maravillan, en los siglos XVI y XVII se sospechaba que eran los lugares ideales para las reuniones de los seguidores del Diablo.
El mismo Menéndez y Pelayo definiría a Navarra como tierra clásica de la brujería española y en uno de sus relatos pone en boca de un joven soldado que había ido a batallar en 1522 al sitio de Fuenterrabía, y desviado su camino a Navarra, las siguientes palabras: «….y luego que entramos en Navarra fui avisado que las mujeres en aquella tierra eran grandes hechiceras encantadoras y que tenían pacto y comunicación con el demonio…..»
Podemos viajar al año 1308 en el que se inicia un proceso al obispo Guichard en el que se le acusa de prácticas hechiceras, habiendo fabricado una figura de cera a la que se bautizó con el nombre de la Reina Juana de Navarra atravesando su cabeza con un punzón. A cuyos hechizos, dicen, murió la reina. Desde entonces la tradición dice que el esqueleto de la reina se aparece por la Selva de Irati acompañada de brujas y lamias.
Al oír la frase brujería en Navarra, nuestra mente viaja a Zugarramurdi y sus cuevas pero en Ochagavía, Roncesvalles y sus respectivos valles ya hubo cazas de brujas casi cien años antes de que el nombre de Zugarramurdi sonara en el mundo como lugar de akelarres. Es sobre todo en el norte montañoso de Navarra donde se van a suceder los procesos de brujería. Valcarlos y Roncesvalles (1525) Valles de Salazar y Roncal (1539, 1569 ) Anocibar y valles vecinos (1575,1577), Valle de Aráiz (1595) y el más famoso, el de Zugarramurdi, Baztán, Bertizarana, Santesteban, celebrado entre 1609 y 1610.
Del proceso de Zugarramurdi ya hay un post en este blog con el título » BRUJAS DE ZUGARRAMURDI, DE QUE SE LES ACUSABA» en este enlace. https://navarraexcursiones.com/2020/03/03/brujas-zugarramurdi-cuevas-navarra-excursiones-baztan/ Así que esta vez nos vamos a ir a los procesos acaecidos en los valles de Roncal y Salazar en tiempos anteriores al de Zugarramurdi.
El 17 de enero de 1525 el licenciado y miembro del Consejo Real Pedro de la Balanza, en medio de una tempestad de nieve, parte de Pamplona hacia los valles de Salazar y Roncal con la misión de reprimir los brotes de brujería que allí se decían haber surgido. Tras una primera toma de contacto y hecha una redada en masa de brujas y brujos, Pedro de la Balanza vuelve a Pamplona el 22 de febrero para informar del «inquirir de los bruxos y de las bruxas de la valle de Roncal y de Salazar y otras partes». Muchos habían sido ya traídos a las cárceles reales de Pamplona y algunos de ellos ejecutados.
Siguieron varios viajes más a los valles de la montaña navarra para limpiar la zona de brujas. Entre su comitiva iban «dos mozas brujas que conocían las brujas» (niñas que aseguraban reconocer a las brujas viendo la marca del diablo en sus ojos). Pedro de Balanza relata una de sus experiencias cuando acompañado de 20 hombres, visitaron una casa del Valle de Salazar donde habitaba una bruja confesa. Tras pedirle que se untase como solía hacer para ir al aquelarre, la bruja fiada en la palabra del licenciado de que, si así lo hacía, quedaría libre de toda acusación y de los hierros en que la tenían, la bruja invocó al diablo tras haberse ungido con un ungüento ponzoñoso con su mano izquierda. Vino el diablo «la tomó y se puso a andar por la pared de pies y manos como si fuera una lagartija, levantóse en el aire a vista de todos y se fue volando».
Tras seis meses de arrestos y ejecuciones, el acto final lo realizó en Burguete con la quema de «cuatro bruxas y un hombre», acontecimiento al que acudieron numerosas gentes de ambos lados de los Pirineos.
Una epidemia pudo ser la mecha de que la brujería volviera a aparecer en Ochagavía en 1539. Diversas muertes acaecidas en poco tiempo solo podía causarlas el diablo por medio de aquellos que le tenían vendida el alma. Todavía estaban frescos los recuerdos de los acontecido en 1525 y seguían presentes en la iglesia con los sambenitos que colgaban en sus muros para delatar a los que habían ejercido la brujería. Esto llevó a un nuevo auto de fe celebrado en Pamplona en marzo de 1540. De aquí saldrían diferentes confesiones;
La primera de ellas era María Zubiat, vecina de Ochagavía y de sesenta y cinco
años de edad, quien confesó haber renegado de Dios y haber obligado a hacerlo a su
nieto Martín Zubiat, y haber echado ciertos polvos a su marido y a su yerno cuando
estaban enfermos, causándoles la muerte a los tres días. Asimismo, admitió que llevaba
cuarenta años sirviendo al demonio y que asistió a ayuntamientos y echó polvos en
el manzanal de Ollarceguia. De Ochagavía también procedía Catalina Beguieder, de
sesenta años de edad, que declaró que por mediación de una tal Catalina Xagaspe,
quien figuraba entre las brujas procesadas por Balanza en 1525, renegó de Dios, de la
Virgen, de los Santos y de sus padres para conseguir pan pues hacía tres días que no comía.
Además, confesó haber inducido a María Remón a renegar de Dios y haber asistido a
los ayuntamientos en los que vio al demonio.
Juana Quiape, llamada la “Vieja de Bildoz”, al igual que Catalina Beguieder, era
vecina de Ochagavía y tenía más de sesenta años. Esta supuesta bruja afirmó en su
confesión haber renegado de Dios y haber obligado a hacerlo a Juanot Legar. Asimismo, declaró haber desenterrado a una criatura para sacarle el corazón con el fin de que el demonio le diese bienes, y haber ido al manzanal de Ollarceguia a echar polvos a un rocín de Martín de Echegoyen. Junto a ella, Catalina de la Torre, también de sesenta
años de edad, sostuvo en su declaración que Catalina Artusa le hizo renegar de Dios
convenciéndola de que si lo hacía, sería rica. Además, manifestó que había torcido las
ramas de un sabuco y se las había ofrecido al demonio, su señor, a quien rogó en varias
ocasiones que le diese bienes y haciendas.
Por su parte, Catalina de Jaurrieta, llamada la “Sorora”, de treinta y cinco años de
edad, confesó haber renegado de Dios hacía quince años y se arrepintió de este pecado
ante el alguacil Beruete y el bachiller Leoz. Declaró también que hizo renegar a Mariato, hija de Fortunio el sastre, y que vio al demonio en figura de gato.
Ojo con los que tenéis gatos en casa!!
Datos extraídos de;
«Navarra en la noche de las brujas» Fernando Videgáin Agós
«Las brujas de Ochagavía y sus documentos 1539-1540» Rocío de la Nogal Fernández
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El El jue, 8 de abril de 2021 a la(s) 1:46, EXCURSIONES Y VISITAS GUIADAS