La villa navarra de Olite conserva su aspecto medieval con un precioso castillo-palacio construido a principios del siglo XV que fue el orgullo de los reyes de Navarra. En estos días, por las embarradas calles de Olite y por las numerosas estancias de su castillo se a podido volver a ver a elegantes señores de la nobleza, pobres campesinos, animados mercaderes o diferentes personalidades del clero. Olite hizo un apasionante viaje en el tiempo al siglo XVI.