Se celebraba en Navarra, normalmente en el castillo de Olite, pero también acaeció en Tafalla, Estella, Puente la Reina, Sangüesa, Pamplona o Tudela, aquellos lugares donde los reyes tenían palacios en la Edad Media. En la festividad de los Reyes Magos, se colmaba de regalos a un «rey de la faba» elegido entre los niños pobres de la villa, que debían encontrar la faba escondida por el cocinero real en la gran tarta preparada a este efecto. El acto debía de efectuarse bajo la presencia del rey o de la reina, por lo que se celebró en el castillo de Olite con mayor frecuencia que en otros lugares de Navarra.
Palacio de Olite
El niño que encontraba el haba en su porción era proclamado monarca por un día, los reyes vestían al niño elegido con camisa, calzas, cota, sobrecota, ceñidor, bolsa, manto, birrete y zapatos, corrían con los gastos de la fiesta y, a veces, dotaban al pequeño rey con dinero para que cursara estudios.
La fiesta estaba amenizada con conciertos de organistas de Castilla y guitarristas, juglares prestados por el rey de Aragón o de Inglaterra, mujeres trovadoras o trapecistas. A cada uno le daba el rey monedas de oro o vestidos exóticos.
En Navarra, la celebración del rey de la faba se remonta a la Edad Media, las primeras noticias documentales sobre su celebración datan del reinado de Carlos II el malo ( 1349-1387). La tradición fue recuperada en 1920 cuando se celebró en el Círculo Carlista de la plaza del castillo de Pamplona y fue nombrado rey el hijo de un socio necesitado.
Actualmente, se sigue celebrando en diferentes localidades de Navarra, aunque la elección y la coronación se realizan en fechas anteriores y posteriores a las fiestas navideñas. Así, la reina elegida en Tafalla el 16 de diciembre del 2017, será coronada el próximo 27 de enero del 2018.
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