Las visitas a Olite y su palacio, Ujué y su Iglesia fortaleza y el Monasterio Cisterciense de la Oliva, fueron las elegidas para conocer, por este animado grupo que vino desde Madrid.
Monasterio de la Oliva
En nuestra visita al Monasterio de la Oliva, nos recibió una niebla intensa, que dio un ambiente sobrio, silencioso y de paz propio de un monasterio cisterciense. En el Palacio de Olite, el subir por las numerosas escaleras de caracol que acceden a las diferentes torres, nos permitió entrar un poco en calor. Y fue ya, cuando subimos a Ujué, cuando nos elevamos por encima de las nubes, fue en ese momento cuando nos saludó el sol y nos hizo disfrutar de unas maravillosas vistas de las cumbres nevadas del pirineo y del mar de nubes que nos envolvía.