Una excursión por la historia de Navarra que nos llevará a cuando Artajona y Olite fueron propiedad de Castilla.

El cerco de Artajona. Foto Reyno de Navarra.
Un buen día, el rey de Navarra, o de Pamplona por entonces, Garcia Ramirez el Restaurador, se casó en segundas nupcias con la noble asturiana Doña Urraca. Para su boda le regaló como dote un territorio en el corazón de Navarra que comprendía las villas de Artajona, Olite, Larraga, Miranda de Arga, Cebror y Olite.
Un día del año 1150, mientras estaba de cacería, Navarra y Artajona perdieron a su rey tragicamente. Le sucedió en la corona de Navarra su hijo Sancho el Sabio, y en la de Artajona su viuda doña Urraca. En 1153 la reina se retiró a sus tierras asturianas, dejando como sucesor suyo a Sancho III el Deseado de Castilla, hijo de Alfonso VII y de su esposa la infanta doña Blanca de Navarra
Tras unos años de conflictos y batallas, en 1157 falleció el rey de Castilla Alfonso VII, su hijo Sancho el Deseado le sucedió en el trono, devolviendo el reino artajonés al rey navarro Sancho el Sabio.Así finalizó la historia del minúsculo reino. Desde entonces las villas que lo formaron quedaron para siempre reintegradas en el de Navarra, y comieron perdices y fueron felices.