Eran los tiempos en que casi la totalidad de la península estaba bajo dominio o influencia musulmana, pero a su vez unos años en que los cristianos de Navarra tenían buenas relaciones con ellos. Esta situación de paz, fue la que le dio la oportunidad a Eulogio de viajar por los principales monasterios de Navarra y Aragón. De los cinco que cita, el de Leyre es el único que sigue en su función monástica.
En otro texto de San Eulogio se puede leer «Estando yo en Pamplona y viviendo en el monasterio de Leyre, la curiosidad de saber hizome registrar todos los libros allí conservados». Esto nos da a entender que el monasterio de Leyre disponía de una importante biblioteca lo cual hace suponer que los monjes llevaban ya muchos años instalados en Leyre tratando de afincar el cristianismo en las tierras altas de la montaña Navarra.