Las excursiones por Navarra no eran tan abundantes en el siglo IX como lo son en la actualidad, pero ya en el año 848 el reino de Pamplona y en concreto el monasterio de Leyre, recibió la visita del sacerdote Eulogio, futuro mártir y santo, quien viajó desde Córdoba, el centro espiritual y político de los musulmanes ibéricos hasta las tierras cristianas de Navarra y Aragón. El obispo de Pamplona recibió una carta que acredita su visita a tierras de Navarra, "antes de ir a dicho lugar me detuve muchos días en el monasterio de Leyre, donde conocí varones muy señalados en el temor de Dios".