La zona del Duranguesado
Desde los tiempos en que el rey de Navarra, o de Pamplona por entonces, Sancho III el Mayor, reinaba o tenía influencia sobre la mayor parte de los territorios cristianos de la península, el territorio navarro empezó a sufrir el acoso de todos sus vecinos desde los cuatro puntos cardinales. Los primeros en iniciarlo fueron los propios hijos de Sancho el Mayor, que tras recibir en herencia el condado de Castilla, el de Aragón y Sobrarbe y Ribagorza, no respetaron el estar a las órdenes del hermano mayor y heredero del reino de Pamplona, García III el de Nájera y se pusieron manos a la obra en su afán de quitarle territorios de un lado y del otro. De una de estas luchas perdió el rey de Pamplona el territorio de Burgos y la vida, a manos de su hermano, el nuevo rey de Castilla y León Fernando I.
En lo que se refiere a su territorio, el siglo XII fue uno de los más duros para el reino de Navarra o Pamplona. Bayona y Labort, al norte de los pirineos, pasaron a manos de los ingleses, en 1076, el señor de Bizkaia, a cambio de aceptar el señorío hereditario de Haro, ofrecido por el rey de Castilla, puso bajo dominio castellano todas las tierras al oeste de Durango ( las montañas del Parque Natural de Urkiola sobre el Duranguesado que se ven en la foto, marcarían más o menos la frontera ). Las conquistas castellanas de Alava y Guipuzcoa en los años 1199-1200, dejarían el territorio navarro en unas dimensiones parecidas a las actuales, aunque aún recibió algún mordisquito más.